Mi santa madre, llamada Jenny (seguro fue el nombre de moda en la época de mi abuela).
El motivo del dedicar este post y muchos de mis días a mi mamí es porque cada vez veo y pienso en los años de su vida que nos dedica, desde el soportar los dolores de parto (incluida la epidural), dormir poco, para prepararme la lonchera de niña, para mandarme a la escuela, para esperar a que llegue bien de mis fiestecillas, para cuidarme y descuidarse ella por mi salud. Todo, como si su eje fuéramos nosotras, sus hijas, qué al igual que para ella, los años también nos van pasando y haciéndonos testigo de las suaves líneas que se le han formado en su rostro.
Mamí ya no es la esbelta mujer que usaba los tacos aguja para llevar tan bien esas fabulosas piernas que hubiera deseado heredar.
Quizá los años que pasan se llevan poco a poco facciones de su juventud, pero los mismos años son los que hacen que con cada uno que pase la ame tantísimo y más...
La foto que escogí es del par de zapatos que se compró hace poco mi mamí, bueno y de fondo musical Elton John http://www.youtube.com/watch?v=_UJat_s_M1Q
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