miércoles, 14 de noviembre de 2012

Vaso a tierra


Haciendo los intentos por un día normal, casi normal, y ello incluye un secuestro pactado a mi hermana para acompañarla en sus papeleos pre universitarios  todo aparentaba estar bien, ella acepto comer pastas conmigo, unas que quería recomendarle y ahora puedo asegurar que le encantaron, todo estaba bien... comíamos, reíamos y plashhhh!... pasó lo anecdótico, mi indefensa limonada escapó de la fuerza de mi brazo.


(La foto no corresponde a ese día, no hay registro de ese día)
La cara de  mi hermana (que todavía no se acostumbra a mis torpezas) era de un fastidio y vergüenza que logró intimidarme, pasó por mi cabeza por un segundo el episodio donde ella, con su carácter más fuerte que el mío diría: "¡tú como siempre!"... Pero no, no resulto así, cuando levante la mirada en busca de la de mi hermanita, ella seguía seria con expresión inquisidora, ladeo su cabeza haciendo negación y explotó en risa, creo que sonrió de una forma que no sólo logró contagiarme a mí, sino también a la pareja que almorzaba en la mesa contigua, cuando el personal se acercó a limpiar y nos miro la cara, se unió al club de la carcajada, lo cual hizo que mi hermana y yo riéramos mucho más.
Pasado el tiempo de risa, finalmente salió el: 
"No puedo creer que hayas botado el vaso, que monga".
Yo: "Eso no parecía un vaso, era un florero con hielo y limón".
Volvemos a la risa.


Ya había comentado antes qué el primer concierto al que llevé a mi hermanita fue a uno de Los fabulosos cadillacs y está es una de las canciones que le agrada.

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